¿Recordáis las hazañas de la versión Disney del héroe heleno Hércules cantadas por un hilarante coro de musas? ¿Podéis imaginar el remake de la canción ‘De 0 a héroe’ versión Donald Trump? ¿Cómo ha logrado el controvertido y siempre polémico magnate americano meter el peluquín en la Casa Blanca? Un trabajadísimo storytelling. Qué si no. ‘Y aunque parezca increíble, es cierto como tú’.
Politicians killed the storytelling stars
Desde el inicio de los tiempos, los seres humanos han utilizado el arte de contar historias para motivar, engañar y persuadir. El héroe, eternamente insatisfecho con la estrella con la que vino al mundo, se ha enfrentado durante siglos a un enemigo al que superar, ha creado alianzas, aceptado retos y desafíos, y sorteado obstáculos cuyas victorias han llegado hasta nuestros días gracias a chamanes, trovadores y cuentacuentos; los verdaderos primeros storytellers de la Historia.
Ya no se cuentan historias como las de antes, dirán los expertos B.M (before millennials), y puede que, al menos en política, tengan razón. Y es que desde el hype del viralizado ‘Yes We Can’, al arte del storytelling se le ha apagado el ‘duende’ pero se le han encendido las alarmas de PELIGRO ¿Para qué devolver la ilusión a los votantes cuando directamente puedes incitarles a que odien? ¡Eso está chupado! En Pevype.com hemos estudiado el fenómeno Trump, todo un animal mediático que ha logrado conquistar a un electorado desencantado con un storytelling al más puro estilo Gottam, con villanos y sin propuestas sobre la mesa. ¿Cómo ha logrado sortear la yincana republicana y ser el tanque conservador dispuesto a hacer a América HATE Great Again?
En un contexto de claims beligerantes, desconfianza hacia los candidatos finales en la carrera hacia la Casa Blanca y de poca o ninguna conexión entre la clase política y el electorado; muchos son los votantes – aka indecisos- que se encuentran a la deriva intentando encontrar la luz que ilumine su papeleta. Y si hay alguien que está arrojando luz a base de provocar incendios morales con mensajes cimentados sobre el odio, ese es Súper Donald Trump.
Este magnate reconvertido en showman, ha pasado de hablar de , por ejemplo, los ‘kilos de más’ de una ex Miss Universo o besar a mujeres sin su consentimiento (¡sorpresa!) cuando era poseedor de los derechos del certamen, a cuestionar políticas fronterizas, tratados de comercio e, incluso, el origen del ISIS como candidato Kamikaze del bando republicano. La diferencia entre el primer tipo de argumentario y el segundo es que probablemente Trump sólo entienda el relativo a coronas y bañadores y poco sobre el que ha arrojado grandes titulares como ‘la construcción de un muro entre EE.UU y Méjico si él llega a la presidencia’ o que ‘Obama y Clinton son los responsables del origen del Isis‘. Parece todo un ejercicio de Lidia Lozanismo, pero no, es lo último en comunicación política: el storytelling Trump Style.
No es ningún delito hablar sin conocimiento de causa, pues cantidad de periodistas y bloggers lo hacen, lo preocupante es el calado de cierto tipo de mensajes debido a algo que Trump sí domina y que hace de su storytelling el verdadero quebradero de cabeza de los demócratas y comunidad internacional (excepto Rusia): la narración, la emoción, el miedo y LA REPETICIÓN.
Qué nos gusta una historia de villanos
En el debate del pasado lunes por la noche, el último antes de la fumata blanca yanqui, el responsable del hit ‘grab them by the pussy’ se tejió una capa de súper héroe y se autoproclamó una especie de Capitán América (de serie B) dispuesto a luchar con los verdaderos villanos de su Gottam particular: los Clinton, Méjico, China y los inmigrantes ilegales.Uno de lo grandes aciertos del argumentario de Trump en esta carrera presidencial ha sido el sencillo y magistral ‘la culpa siempre es del vecino’, en este caso de la lista de villanos de Capitán Trump y repetirlo non-stop. Y es que Trump tiene un villano para cada problema:
¿Votantes indefensos e insatisfechos? ¿Por qué no centrar un mensaje impopular para las élites pero claro e inteligible para la América profunda (la de verdad, la buena, la blanca) y repetirlo sin cesar hasta que sea casi un himno? ¡Funciona! Aquí varios ejemplos:
- Si el electorado está descontento con su situación económica, Capitán Trump dispara su mirada láser hacia Méjico, fábrica de inmigrantes usurpa empleos (según se desprende de sus discursos) y hacia China, por empeorar las condiciones laborales de las grandes fábricas. ¿Veis? Fácil. Qué más dá si es cierto. Seguro que hay algún padre en Texas que ahora entiende por qué su hijo universitario no consigue un trabajo fuera de una cadena de hamburgueserías. Es un mensaje mucho más fácil de asimilar que una contextualización político social de periodo post crisis. ( Pa’ qué nos vamos a calentar la cabeza. Pa’ qué).
- Otro ejemplo: Si una de las principales preocupaciones del electorado es la seguridad, Capitán Trump deja caer el peso de su ley verbal sobre los inmigrantes ilegales, criminales en potencia a los que se les ha dado carta blanca para delinquir en el ‘país de las oportunidades’. (¿Cómo va un americano a robar a un compatriota? ¡Eso jamás!
- ¿Es Hillary Clinton una villana para Capitán Trump? Llamémosla corrupta, que permea mejor en las mentes del electorado. ¡Y blanda! ¡También Blanda! Según se desprende del último discurso, pronunciado este pasado lunes, una vez Trump sea elegido Presidente de los Estados Unidos podrá comenzar a abordar los ‘grandes males de América’, y Clinton es un obstáculo para ello.
Discurso para blancos, sin grises
Nada, absolutamente nada otorga más poder que la palabra, y Donald Trump, cada vez que le ha dado a la húmeda, ha construido un atril cada vez más alto a base de proposiciones con destellos de dominio absoluto y poder. El discurso del republicano ha estado plagado de frases autoritarias como “destruir absolutamente” y “luchar”. Este tipo de proposiciones, además de desprender autoridad, han esperanzado y calado en una sociedad americana blanca con profundo sentimiento de abandono por parte del establishment. Trump ha prometido ‘destruir’ y ‘luchar’ contra esos villanos. Y eso ha sido, nunca mejor escrito, carta blanca para el empresario.
O le amas o le detestas. Muchas de las emociones ‘fabricadas’ por la maquinaria ‘agi-pro’ del republicano, son el resultado del uso de narrativas cimentadas sobre el blanco y el negro, sin grises. Las grandes gestas de la Humanidad se han construido sobre una batalla entre el protagonista y el antagonista. El bueno y el malo. Trump y los villanos. Se trata de un lucha entre el bien (concebido desde una perspectiva blanca, 100% american).
¿Cómo es posible que Trump reúna a tal cantidad de Trumpliebers? Es interesante analizar cómo el magnate logra enloquecer a su audiencia a base de proposiciones autoritarias y entusiastas. Trump, en su loca carrera hacia la Casa Blanca, ha dominado la capacidad de convertir proposiciones en preguntas inclusivas, convirtiendo que el publico se sienta partícipe del movimiento ‘Make América Great Again”.
Para Trump, la historia, la que ha inventado sobre su Gottam particular, lo es todo. ¿Hay hojas de ruta o estrategias reales para derrotar a sus villanos? ¡Que más da! ¿Cómo va a crear puestos de trabajo? ¿Qué cambios va a establecer en su política antiterrorista? ¿Sanidad? ¿Educación? Si tenéis acceso a un ordenador, ya podéis buscar respuesta a esas preguntas en sus apariciones públicas, pero no encontraréis nada más que fábulas e historias sobre villanos que son muy villanos con los americanos y sobre una señora a la que tiene que ganar, que es muy corrupta y muy blanda. Si todo lo que has leído hasta el momento es cierto (que puede que esta servidora se lo haya inventado todo, también te lo digo)¿Cómo es posible entonces que, según las encuestas, la carrera presidencial esté tan reñida?
El storytelling, niños. El storytelling. Para todo lo demás, BATMAN.
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